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jueves, 12 de septiembre de 2013

3000 segundos después

El inconsciente siempre fue el arma más apreciado de Amélie. No había nada ni nadie en el mundo en quien confiaba más. No existía razón racional que pudiera vencer pensamiento irracional.

Supo con certeza que estaba enamorada de Ernest cuando inconscientemente al darse la vuelta en la cama, buscó abrazar su torso.Llevaba dos días durmiendo a su lado, pero el tercero él faltaba. Cinco minutos antes sabia perfectamente que al girarse, la parte izquierda de la cama estaría vacía. Y aún así, 3000 segundos después, mientras a cámara lenta su cuerpo rodaba hacía la derecha, lo único que esperaba encontrar, era su espalda. Esperaba poder pegar los senos contra su hombro, y reposar la mano en su cintura.
Al ver que a su lado no había más que aire y sábanas, la sorpresa fue total. No tardó en comunicarle que le hacía mucha falta en la cama, y no solo sexualmente hablando.

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